
En lo alto de la localidad zaragozana de Quinto de Ebro se esconden las historias de miles de personas que fueron enterradas en “El Piquete”, la antigua Iglesia de la Asunción. El recién abierto Museo de las Momias cuenta las de quince de ellas: cinco hombres, dos mujeres, cinco niños y tres niñas que vivieron a finales del siglo XVIII y que se han momificado desde entonces de forma natural.
El silencio reina en la Capilla de Santa Ana, en la que se encuentran la mayoría de las momias de Quinto expuestas en vitrinas. El suelo, aunque tapado con una moqueta, es de madera, lo que hace que la pisada sea inestable en algunas zonas y la sensación de desconcierto sea mayor.
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